martes, 16 de julio de 2013

MPREG: mas que una advertencia parte 3


Edad Media

Así pues, en la Edad Media se siguen creando cuentos relacionados con el Mpreg. Ahora ya no son dioses o demonios[1] (Loki no era precisamente un dios). La era del Mpreg de las entidades importantes se acaba y empieza a manifestarse diversión y burla.

Un ejemplo de ello es “el bufón y consejero del emperador Akbar, Birbal, [a quien] hacen protagonista de tantas patrañas y chascarrillos. Se ve en una obligación de proporcionar leche de toro al emperador, pero su hija le permite eludir la dificultad al afirmar ante Akbar que su padre acaba de dar a luz y al redargüir al monarca, que no lo quiere creer, que no es esta aserción más absurda que la pretensión de sacarle leche a un toro.”[2] La leche de toro es un tema importante, que se repetiría en muchos cuentos, por ser un elemento aparentemente contradictorio. Más adelante veremos que en efecto, este mito de la “leche de toro” tiene bases reales, pues hay machos que pueden dar leche por ciertas circunstancias.

Aquí reaparece la idea de los huevos, que puede que sean representativos de la Edad Media como evocaciones de un pasado prehistórico semi-olvidado:

“Ya en la Edad Media la imagen del hombre que empolla huevos servía para ridiculizar a tal o cual individuo, grupo o categoría: en la literatura francesa, desde el siglo XIII, se va repitiendo el tópico... de tono claramente satírico y xenofóbico, y se critica al caballero... comparando su inactividad y presunta cobardía con la actitud de la gallina clueca.”[3]

La figura de la gallina tiene mucho que ver y se repetirá hasta nuestros días.

Aparece también, alguna que otra vez, el motivo figurado del hombre que empolla (¿o pone?) Huevos en el mundo de las misericordias que adornan las sillerías de coro en las iglesias y catedrales: se puede ver en Saint Seurin (Burdeos) y en la catedral de Toledo [ya empieza a aparecer en la cultura judeo-cristiana]. En casos de esta clase es difícil determinar si el tema entraña una alusión más o menos malévola a una costumbre de campesinos, una alegoría satírica y moral [esto empieza a verse así a partir de las religiones y las costumbres que la iglesia judeo-cristiana desdeña y relega en pro de ser la única y verdadera religión], o lo que me parece más probable, la reminiscencia jocosa de un cuentecillo análogo a los que mencionaremos: el significado [del mpreg] es de burla y reprobación, no desprovisto, a veces, de claras implicaciones diabólicas [significado adquirido al introducirse la cultura judeo-cristiana], como sucede en las alusiones de Gautier de Coinci a... los hipócritas y sodomitas[4], que celebran “feste saint Pançart” y ponen huevos que empollará el diablo y de los cuales nacerá el anticristo. Sabido es por otra parte, que en el folklore germánico los demonios se alimentan con 'juevos', y que ellos mismos van poniendo otros tantos, que luego regalan a las mujeres a las que han poseído: ponen las brujas en Suiza, y se cuentan en Alemania graciosas anécdotas de monjes y labradores que, habiendo comido dichos huevos, se vuelven también ponedores. La gente diabólica es aficionada a los “huevos de gallos”, empollados por brujas de los que salen personajes sobrenaturales como el coqwergi alpino (especie de enano salvaje) o peligrosos monstruos como el cocatrix o el basilisco.[5]

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Ese basilisco me recuerda que en Harry Potter hay uno genial, que lamentablemente matan. Para quien diga que en Harry Potter no hay Mpreg, allí está el ejemplo de un magnífico ejemplar de basilisco, solo que Rowling se comió los detalles de fondo.

Más inocuo es el tradicional bobo empollador de una secuencia narrativa (que a veces constituye un cuentecillo por sí sola) difundida en toda el área mediterránea e incluso en Alemania, Hungría, Rusia, etc. En este episodio de ambiente generalmente rústico, el simple, al que imprudentemente la madre o la esposa han dejado solo en casa confiándole algunas tareas sencillas, comete una serie de tonterías más o menos catastróficas, siendo una de ellas el imaginar que los huevos de la gallina o del ganso se van a enfriar si él no los empolla: cumple su propósito (a veces cubriéndose de plumas y cacareando) y se sienta en los huevos con el previsible [desenlace] de romperlos todo y ensuciarse los pantalones. Este tipo narrativo parece estar difundido ampliamente en el mundo musulmán, donde el héroe de la anécdota es Yehá (o sea, Huredin Hodha), o Xailún [algunos bobos, como Xailún, no se contentan con empollar huevos, también quieren amamantar[6]]. Se encuentra también con frecuencia en Sicilia e Italia en formas literarias y populares, y en Francia meridional. Las [posteriores] versiones hispánicas forman parte del ciclo relativo a “Juan Tonto”, del que tantas historias se cuentan en todas las culturas ibéricas e iberoamericanas: en estas versiones, el simple tiene que entendérselas algunas veces con su madre, otras con su mujer (María la Lista), pero siempre se echa en los huevos de la gallina o de la pava, rompiéndolos y gritando “Estoy en clo, estoy en clo” o “Cáscaras, cáscaras, estoy clueco”.... Ya se conoce la significación sexual de “los huevos”, y es muy probable que la imagen del desastre final represente simbólicamente la impotencia que sigue a un fallido intento (¿ritual?) de acrecentar la propia virilidad[7] por magia de contacto.[8]

En los fanarts que se han hecho de Mpreg, hay dos motivos, uno de Drarry y otro de Susunaru, en donde se muestran la “magia de contacto” y la alusión a la preñez.

      
 






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En la Edad Media también hay ocasiones en que la figura del hombre preñado se sigue viendo en personas reales. Una de las creencias más marcadas asociadas a la cultura cristiana tuvo que ver con los clérigos: “Tanto como un impotente o un posible afeminado u homosexual, el eclesiástico es presentado muchas veces en la Edad Media como agente hiperfecundante (las creencias relativas al poder genético de la sombra de los conventos, y el simbolismo fálico encarnado en el ‘moine bourru’[9], estudiado extensamente por W. Deonna).[10]

Aquí empezaremos a adentrarnos en los estudios que Zapperi hiso al respecto: “la demostración de Zapperi podría dejar suponer que este sistema de imágenes es creación del cristianismo medieval y del feudalismo: nos parece evidente que éstos no hicieron más que remodelar un conjunto de representaciones más antiguo que se remonta probablemente a la prehistoria indoeuropea. La complejidad de estas herencias culturales explica que el tema del hombre preñado, tal como aparece en el occidente cristiano desde la Edad Media, sea encrucijada de tradiciones y no se pueda explicar de modo unitario. Solo puede cobrar la dimensión polémica que desentraña Zapperi porque lo respalda un trasfondo de representaciones, algunas de las cuales reflejan mentalidades y creencias 'arcaicas'. Antes de ser considerado mero disparate lúdico, tontería de rústicos o símbolo de diabólica locura, antes de haber sido usado por la Iglesia (mediante el motivo del parto de Adán) como instrumento dogmático, y por el folklore como arma satírica contra la ideología y las clases dominantes, fue el centro de un conjunto de pretéritas ideas relativas a la concepción y a la diferenciación sexual.”[11]

En efecto, el Mpreg central de la literatura judeo-cristiana se encuentra en la Biblia y se presenta con Adán, del cual nace la segunda mujer, Eva. Esto fue estudiado por Roberto Zapperi[12]:

Esa visión futurista es bastante antigua [en referencia a la película de Junior, 1994] como puede verse en la imaginería religiosa medieval. Según algunas fuentes Eva no nació de una costilla de Adán, sino de su vientre. Así está representada la escena en los portales de las catedrales de Friburgo, Ulm y Worms, así como en otras de Italia y Francia, y en la de Novgordo (Rusia). Fascinado por el tema, el estudioso Roberto Zapperi describe en su libro 'El hombre embarazado' una representación del siglo XI observada en el portal de la catedral de Augsburgo: 'con la mano izquierda dios saca del costado de un Adán durmiente el cuerpo completamente formado de Eva al tiempo que los bendice con la derecha levantada [...] Aquí dios no toma una costilla de Adán para dar forma a Eva, sino que ella nace del mismo Adán por voluntad del Señor.”[13]

Pero cabe preguntarse si no vehicula en ciertos casos intenciones más precisas y representaciones más profundas. R. Zapperi ha dedicado al tema un libro de gran erudición y penetración[14], destacando en particular el trasfondo polémico de toda una serie de cuentos y documentos iconográficos: después de que el cristianismo medieval trató de imponer, a través de la remodelación del episodio del nacimiento de Eva (que viene a ser hija de Adán, parida directamente por él), el dogma feudal de la supremacía del padre sobre los hijos, del hombre sobre la mujer y de los señores sobre los súbditos, la cultura folklórica reaccionó invirtiendo el sentido del mensaje y volviéndolo en contra de los representantes del sistema opresor (amos y sacerdotes), ridiculizándolos en su deseo e intento de presentarse a la vez como padres -ya que no renuncian, ni mucho menos, al falocentrismo- y madres de sus subalternos. La demostración es brillante, pero sólo se centra en su aspecto parcial de las tradiciones movilizadas, puesto que hace caso omiso de los elementos de la cultura folklórica que se determinan independientemente de la cultura dominante, en particular de los elementos rituales y no considera sino los componentes burlescos, satíricos y negativos del tema.[15]

La Biblia también tiene un par de pasajes homoeróticos y se han hecho un par de fics slash de la Biblia por allí, pero ésa ya es otra discusión. También tiene un F-preg (Female Pregnancy o Embarazo Femenino) Furry ¿Cómo? Será dios quien engendró con María, pero era una especie diferente. La otra interpretación es partenogénesis.

De hecho, existe también una leyenda de corte cristiano donde se acentúa la “enfermedad de reyes” ya que el Mpreg, como se había mencionado, tenía que ver con figuras poderosas como dioses y reyes o en su contrario, con “las fuerzas del mal” importantes: “Esta valoración negativa del tema culmina con su asociación a la leyenda cristiana de Nerón [nótese que ya está bastante influenciado por el cristianismo] -ampliamente difundida por la Leyenda Dorada-, según la cual el 'malvado' emperador quedó preñado de una diminuta rana[16]que le hicieron tragar los médicos y que expulsó por la boca [algo similar pasa en Harry Potter cuando Ron escupe babosas].[17]

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Es en estos tiempos que parece aparecer “la fantasía del nacimiento anal”: “Posiblemente esta fantasía no solo tiene un origen y seguramente también proviene desde la prehistoria: “Los psicoanalistas no han dejado de relacionar dichas ficciones con la infantil “teoría cloacal” del nacimiento (creencia en las criaturas como excrementos) de la que son oriundas, con toda posibilidad, las creencias arcaicas relativas al carácter benéfico del flato, gran parte del riquísimo folklore del pedo[18], en sus aspectos místicos (vertiente pitagórica) y burlescos (vertiente humorística de los chascarrillos pueriles y de los juegos y ritos de los los “locos” o “follones”... de fines del Medioevo) estriba en la supuesta relación de la generación con una [relación fecundante entre dios y los humanos]”.[19]

Por último, otro motivo que se da en estos tiempos y que tiene que ver con el Mpreg es la figura del alquimista: “Cabría añadir la figura tradicional del alquimista, frecuentemente representado por la imagen del loco en su estampa postmedieval. Uno de sus propósitos es crear el homúnculo, hijo nacido directamente de su padre, sin participación femenina. Recuérdese también que a los alquimistas se les solía llamar “souffleurs”[sopladores].[20]

Este motivo nos recuerda a una serie en especial: Full Metal Alchemist. No volveré a verlo de la misma manera y ahora entiendo por qué es un universo tan bueno para el Mpreg (donde Ed es el preferido).

Otro texto importante que hay que mencionar se da en Las Mil y Una Noches, en el cuento de “La historia del Cadi, padre del Follón” también conocido como "La historia del Cadi que dio a luz un bebé", la cual trata de un Cadi que casi no se alimentaba por no gastarse su dinero y tenía una esclava que le preparaba siempre que lo pedía lo mismo de comer. Se había juntado con una chica, pero a ella no le gustaba la rutina del Cadi y anulaba el compromiso, situación que se repetiría varias veces. Luego conoce a una chica que le impresiona y le pide que sea su esposa. La otra acepta, no sin antes haber evaluado al Cadi. Ella descubre donde guarda el Cadi su oro y empieza a gastárselo en comida junto con la esclava, que se encanta de la vida mientras que al Cadi le dice que fueron unos parientes suyos quienes le mandaban esa comida, pretexto que él acepta muy bien. Después la señora arma un plan y le pide a una mujer del pueblo que tenía muchos hijos y que estaba embarazada que le diera a su próximo hijo, y ésta acepta porque no tenía dinero. Cuando el niño nace, la señora le da de comer al Cadi un platillo especial que hace que se le infle la barriga y que se sienta mal, entonces se acerca, diciéndole con sorpresa que va a tener un niño y que el parto viene de prisa. El Cadi se desmaya cuando se tira un potente pedo (no pienso describir los detalles que pone la lectura). Cuando despierta ve al niño y la señora le dice que tiene que guardar reposo, mientras que el Cadi le pide que no difunda la noticia, a lo que ella contesta que ya no hay nada que hacer porque los sirvientes ya la han difundido, y le recomienda que cuando salga de guardar reposo “por el parto que ha tenido” se vaya a otro lugar para no pasar la vergüenza de haber tenido un hijo siendo un hombre, lo que él acepta. Sobre estos Mpreg, François Delpech dice lo siguiente: “Este tipo de cuentos reflejan una fantasía anal que se pone en relieve en numerosas historias por tener un carácter [feliz] y liberador con connotaciones psíquicas. Pero esta obstetricia anal culmina en [mentira en varios cuentos][21].

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Renacimiento

Ya es tiempo de dejar la Edad Media y pasar a la siguiente etapa, donde la cultura popular y la cultura académica empezarían a crear una eterna discusión, con las mismas características de la que hoy mantenemos los acafan en el metafandom con nuestros detractores académicos.

En el Renacimiento, el Mpreg experimentaría un nuevo cambio; se olvidarían costumbres y simbologías y se empezarían a marcar las connotaciones con las que ahora lo vemos: disparate, patraña o tontería. “Figura harto conocida de los carnavales europeos es la del hombre disfrazado de mujer embarazada. Con o sin parto simulado, la aparición de dicho personaje entra de lleno en la “imagen grotesca del cuerpo” y en el vitalismo cómico-fisiológico que M. Bajtín rastrea en la obra de Rabelais y en determinados aspectos de lo que él llama 'la cultura popular de la Edad Media y del Renacimiento'”.[22]

Aquí ya no se sabe si la covada se mezcló con los mitos propios del Mpreg. Lo que queda claro es que el espíritu festivo se conservó, a veces el de burla, pero ahora tenía una connotación más: locura y tontería. Ello no impidió que se siguiera representando como ya vimos. En cuanto a la teatralidad del Mpreg, François Delpech nos da una buena imagen sobre cómo se celebraba: “... buena prueba de ello nos es deparada por una interesantísima descripción del “xogo do parto”, farsa o juego de entretenimiento que se hacía en los fiadeiros de alguna que otra parroquia de las gallegas tierras de Pontedeume. Mientras hilaban, las chicas llevaban un haz de paja y lo echaban en el suelo para hacer de cama en donde se había de celebrar el baile final. Un hombre se mete en medio de la paja y hace de parturienta, comenzando con los “dolores”, que le obligan a quejarse profundamente. Los lamentos tienen modalidades diferentes de entonación y variación de vocales. Entre los lamentos salen dichos contra los hombres por ser autores de la criatura que se avecina y no padecer dolor alguno... Luego llaman al “médico”, con el cual se entabla un diálogo: después de haber examinado completamente a la “parturienta”, declara que el parto es normal[23]. A la madre le dan tazas de sopa y todo acaba con un baile. Como el cuento de Piedrabuena, el parto consumido (o fingido) por un hombre sirve, a pesar de lo burlesco de la pantomima, para recordar a los hombres -mediante la oposición placer sexual vs dolores de parto- que el nacimiento implica trabajos.”[24]

Este tipo de representaciones tiene que ver con la separación forzada de los hombres y mujeres. Esto fue puesto en tela de juicio en 1976 con el artículo de A.S. Meigs “Male pregnancy and the reduction of sexual opposition in a New Guinea Highlands society”[25]. [Lenovo Us1] Así, el Mpreg del parto masculino fingido desempeña un papel de neutralización y reducción, en el nivel simbólico, de oposiciones sentidas como demasiado rígidas.[26] [Representa en este sentido] rechazo de las barreras entre los sexos y argumentos en la polémica que los opone.” [27]

Aún en esos tiempos el Mpreg no presentaba tanta extrañeza, sino que antes de ser gracioso, gozaba de crédito popular como chismes y leyendas urbanas de casos extraordinarios.

“En La Octava Maravilla, Lope de Vega menciona la existencia de una versificada “historia trovada” (que circulaba en papel impreso con letras de molde) “de un hombre que cuando menos / dicen que parió en Granada [lo que generó polémicas y comentarios de los que paticiparon][28]. En otra ocasión el mismo Fénix se divierte hilvanando el tema, todavía relacionado con “la barbaridad de España” en Las babuecas del Duque de Alba: los rústicos babuecos recogen a una dama (disfrazada de hombre) que acaba de parir y creen que se trata de un hombre preñado. Llegan a imaginar que “los hombres del otro mundo suelen parir de siete en siete años”, y aducen ejemplos naturales como “¿el gallo non pone un huevo? / ¿La liebre no es fembra y macho? [29]” Claro está que con esta anécdota volvemos a la otra vertiente de la patraña, donde imperan el engaño o la ilusión, la sátira de la boba ingenuidad que se atribuye a los labradores.”[30]

Otro ejemplo es la leyenda de “el Embarazo de Monreale”.

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Junto a todas las historias burlescas de pseudo embarazo recopiladas por Zapperi, existe al menos una en que se cuenta un parto presentado como efectivo (obsérvese que el famoso “hombre encinta de Monreale” dio lugar a ambas interpretaciones –embarazo fingido y autentico-)[31]. [Esta leyenda se presenta en Sicilia y se halla representada] en la catedral de Monreale. A lo que comenta Roberto Zapperi: 'El embarazo de Monreale era un enfermo que tenía el vientre y un muslo tremendamente hinchados, y estaba a punto de morir. Entonces los cirujanos le sajaron la barriga, pero en vez de sangre y pus salió la criatura. El suceso causó gran impresión, a tal punto que todavía hoy se habla del embarazo de Monreale'. Para ser exactos, conviene observar que esa figuración siciliana alude a un personaje concreto de los Evangelios (Lucas 14, 1-6) donde se relata la curación de un hombre 'hidrópico' en sábado [¡qué curioso! relaciónenlo con Saturno]. Por tanto, es posible que la hinchazón del vientre no fuese debida a ningún embarazo, sino a alguna enfermedad no exactamente descrita.”[32]

Existe un cuento más de esta época donde se relata que el Mpreg “es simulado por un marido que quiere engañar a su esposa haciéndole creer que se encuentra en dicho estado por haber practicado con ella el equus eroticus; con la complicidad de un médico que alucina fácilmente a la crédula mujer diciéndole que se puede transferir el embarazo a otra persona, se las arregla para que la misma esposa le suplique se acueste con la criada (que es quien en realidad está encinta por obra de su amo).”[33]

Como nos dimos cuenta con el breve estudio que se hizo al tratar el tema de Saturno, en el siglo XV se popularizaron las pinturas sobre Saturno, aunque desde antes se puede localizar una pintura hecha en un manuscrito medieval. Posteriormente, en el siglo XVI, muchas estampas anatómicas circularon por toda Europa y tenían como finalidad ilustrar en detalle la anatomía de los dos sexos (puesto que los 'sexos biológicos' son una creación social tanto o más que los 'géneros' y siempre se ha debatido entre uno o más sexos biológicos)[34].

Observamos entonces que las pinturas y obras literarias en torno a la figura del hombre embarazado son en principio ideas carnavalescas y de reflexión científica popular en cuanto a las diferencias sexuales[35]. Pero si observamos ha habido cambios (ejemplo de esto es que a partir de la década de los 60s en el siglo XX se empieza a presentar como una curiosidad biológica y una posibilidad de la reproducción artificial). El modo de ver el Mpreg ha ido cambiando a través del tiempo.

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El Mpreg en otras culturas

Otras culturas antiguas y vigentes, además de las ya citadas, también representan el Mpreg. Un ejemplo son los mitos yanomami: “cortaron el cordón umbilical y el hombre cuya pantorrilla había explotado se acostó cerca de ella en su hamaca. La alimentó con agua. La hija creció y llegó muy pronto a la edad de la razón. El que la dio a luz y la nutrió...

El mito de Mbahíra también hace referencia al Mpreg: "Mbahíra le dijo a su esposa que iba a pescar. Sacó un pedazo de corteza de un árbol e hizo con él un cebo artificial. Se le acercó un aracá. Mbahíra lo cogió y lo tiró hacia atrás. Se oyó detrás de él una voz: "Papá, mírame!" Mbahíra miró atrás, y ahí cayó el pez. Luego, le vino otro aracá, y él lo cogió. De nuevo se oyó la voz: "¡Papá, mírame!" y cuando miró atrás, cayó el pez. Luego, le vino un jandía (siluro)... "¡Papá, mírame!"... "¡Eres mi hija!". Él la llevó a su casa. Todos le preguntaron a él: "¿Dónde encontraste una niña tan bonita?"

El acto de "mirar atrás" puede significar inversión corporal y esto se relaciona con el tema de la inversión del sexo, siendo así, el mito habla sobre el Mpreg.

"Kracke destaca que, aunque la fantasía del embarazo masculino, en sí misma, no es rara, ella adquiere una importancia peculiar en la sociedad Kagwahiv. Es que en esta sociedad cuya estructura sociopolítica se basa en [un sistema en el que la pareja casada vive cerca de la familia matrilineal de la esposa] y en las manos de obra de los yernos, el tener muchas hijas es el deseo principal para el padre. Sin embargo, quien se embaraza no es el padre sino la madre: de ahí la importancia de la fantasía del embarazo masculino, que, en esta sociedad, se convierte en la expresión de un intenso deseo colectivamente compartido". [Lenovo Us2] 

Se estudio el sueño de Mohã’gi que vive en dicha región. Él comentó que José Bahut estaba tan gordo como si estuviera preñado y de allí el autor relaciona dicha alusión con el mito de Mbahíra (en que el protagonista obtiene una hija sin la intervención de su esposa). A partir de este dato, Kracke piensa que el contenido latente de este mito se relaciona con la fantasía del Mpreg. Además, con respecto al sueño sobre José Bahut, el detalle de fondo era que José se robó unas mandiocas de una huerta. En las sociedades amazónicas existe una estricta división de trabajo, según la cual la huerta es el lugar de trabajo de la mujer, y las mandiocas son productos de la mujer al igual que los hijos, mientras que el hombre se dedica a la caza y la pesca. En suma, José robó el papel de la mujer. Y la idea de "continuar comiendo" recuerda la teoría etnobiológica de los Kagwahiv de que el embarazo es un fruto del continuo suministro del semen[36]. Finalmente, José Bahut es el que ayudó a la mujer de Mohã’gi cuando ella dio a luz.


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Otro ejemplo se da en los mitos hindúes con los Ayonija, los cuales son seres nacidos sin gestación uterina.

Un mito escita del pueblo de los Nartos, narra que la Diosa de las Aguas, una Mujer-Rana[37] murió estando embarazada y antes transfirió el embrión de su bebé al cuerpo de su esposo. Después, su hermana Satana abrió el absceso a su cuñado y lo convirtió en padre que da a luz a su hijo Batraz. Idéntica metáfora encierra el mito de la diosa Acirüxs o Acyrüxs adorada por escitas, cuyo disfraz era la tortuga[38] y transmitió a su esposo el germen de su hijo, por lo que nació de varón (Mitos que recuerdan el matriarcado).

Un mito japonés define que la vida surge de una parte del propio cuerpo del Dios Izanagi: de sus ojos y nariz surgieron las Divinidades y de un soplo la Diosa Shina-Tu-Be (Mitos que recuerdan el matriarcado).

También existen mitos que narran que una Divinidad masculina da la vida tras contactar con algún elemento natural: como narra el mito hindú de Nazayana que dio a la vida a la Diosa Apsara Urvasi, tras contactar su muslo con una flor (Mitos que recuerdan el matriarcado).


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[1]    Me parece que es buena idea hacer una breve reseña de qué significa demonio. Según la mitología griega, los demonios eran seres humanos utilizados por los dioses griegos para llevar las malas noticias al pueblo. De ahí viene la asociación de “mensajeros del mal”. Por otra parte los mensajeros (ángelos) eran los que llevaban el mensaje entre los dioses. Estos eran considerados seres excelsos, ya que permanecían entre los gobiernos (montes) de los dioses y no se daban a conocer al pueblo. Los filósofos griegos de las corrientes socráticas (tales como Platón, discípulo de Sócrates) mencionaban que los demonios eran seres encargados de otorgar el saber y guiar al humano, tal y como lo menciona Platón en la apología de Sócrates mencionándolo como “el hombre que siempre tuvo un dæmon a su lado”. Demonio también es un sinónimo de diablo. Proviene de un verbo griego que significa entre otras cosas “calumniador, falseador, mentiroso”. También está relacionado con los dæmon o daimon. Luego su significado cambia en la mitología cristiana, un demonio es un espíritu sobrenatural, generalmente malévolo y que hace referencia al ángel caído que se reveló contra Dios. Para el mundo cristiano son espíritus inmundos y esbirros (algo conserva de los mensajeros).
[2]            François Delpech. Op. Cit. p. 557.
[3]      François Delpech. Op. Cit. p. 562.
[4]    Palabra en desuso, muy ocupada todavía en los 80s. “Sodomita” se refiere a toda actividad que tenga que ver con el sexo que no sea entre un hombre (arriba) y la mujer (acostada) en una relación sexual meramente pene-vagina.
[5]    François Delpech. Op. Cit. pp. 562-563.
[6]    François Delpech. Op. Cit. p. 578.
[7]    La virilidad es relativa, depende desde qué cultura se vea.  En este caso, se trata del enfoque de “cuidar a los niños”. Hay sociedades donde lo común es que sea el hombre quien se encargue del cuidado de l@s niñ@s.
[8]    François Delpech. Op. Cit .pp. 564-565.
[9]    “Monje malhumorado” que se asocia con lo sobrenatural, conocido sobretodo en el siglo XVII.
[10]  François Delpech. Op. Cit. p. 572. Nótese que el autor habla de lo “afeminado” y lo “homosexual”. No parece tener postura sobre ellos, pero junta los conceptos como si fueran parte de lo mismo. Sabemos que no lo es. De alguna manera, al leer su artículo se da cierta entonación a una “homofobia” que intenta contener. Recordemos el contexto socio-cultural de la década de los 80s, cuando fue escrito el artículo. Otra posible explicación para que juntara al clérigo con estos conceptos es que en los conventos se daba mucho la homosexualidad.
[11]  François Delpech. Op. Cit. p. 578.
[12]  Zapperi es un autor renombrado en los estudios de Mpreg literarios, ya que el rastrea una gran cantidad de mitos y les intenta dar una interpretación que aún tiene vigencia. Pero aquí no intentamos basarnos en los parámetros que establece Zapperi, ya que sus estudios tienen una connotación cultural determinada por su época y cultura. Lo que aquí intentamos es dar una visión fresca sobre el Mpreg desde el mundo slasher y no desde el mainstream occidental actual.
[13]  Karin Hertzer, et al, Op. Cit.
[14]  Roberto Zapperi. The Pregnant Man. Este libro, publicado por primera vez en italiano en 1979, posteriormente fue totalmente reescrito y publicado en francés en 1983, y en alemán en 1984. La última edición, en inglés, introduce además nuevos elementos. Está disponible en Amazon (¡ahorraré para comprarlo!).
[15]  François Delpech. Op. Cit. p. 571.
[16]  La rana puede tener una alusión al Mpreg, pero no sé si en esa época supieran que la rana cambiaba de género.
[17]  François Delpech. Op. Cit. pp. 575-576.
[18]  El pedo también es un motivo de burla y diversión. Una muestra de ello lo podemos ver en la película “La Pontificia” la cual trata sobre la leyenda de que una mujer llegara al poder en la Iglesia: http://www.megavideo.com/?v=JMOIAT0E.
[19]  François Delpech. Op. Cit. p. 596.
[20]  François Delpech. Op. Cit. p. 595.
[21]  François Delpech. Op. Cit. pp. 596-597.
[22]  François Delpech. Op. Cit. p. 548.
[23]  La figura del médico es de vital importancia en muchos cuentos. Sirve para expresar, lúdicamente, una forma relativa de antagonismo sexual, finalmente arbitrado por el médico. Estos cuentos tienen que ver con el engaño o la farsa del embarazo por diferentes motivos.
[24]  François Delpech. Op. Cit. pp. 593-594.
[25]          Anna S. Meigs. Male pregnancy and the reduction of sexual opposition in a New Guinea Highlands society. Ethnology, vol. 15, no. 4, oct. 1976. pp. 393-407.
[26]  François Delpech. Op. Cit. p. 593.
[27]  François Delpech. Op. Cit. p. 558.
[28]          El cuento tradicional en los siglos de oro. José Manuel Pedrosa, p.171.
[29]  Se creía que la liebre era hermafrodita secuencial, es decir, que podía cambiar de “sexo” y parir.
[30]  François Delpech. Op. Cit. p. 579.
[31]  François Delpech. Op. Cit. p. 575.
[32]  Karin Hertzer, et al. Op. Cit.
[33]  François Delpech. Op. Cit. p. 581.
[34]  Thomas Laqueur.  Op. Cit.
[35]  Víctor I. Stoichita y Anna María Coderch. El último carnaval: un ensayo sobre Goya. Siruela, 2000. (La biblioteca Azul. Serie Menor, 16).
[36]  En muchas culturas se cree que comer semen es bueno por motivos similares. En esas culturas los hombres tienen ritos de iniciación con otros hombres que en la nuestra se verían como pedofilia.
[37]  Otra vez aparece el motivo de la rana en un cuento de Mpreg.
[38]  La tortuga también puede ser un símbolo de Mpreg, ya que pueden tener diferentes cromosomas aunque sean del mismo género, como veremos más adelante. El problema es que no creo que estas culturas lo notaran. En todo caso, ésta sería una interpretación más actual.



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