ÉTICA DE LA INFORMACION: PERSPECTIVAS BIBLIOTECOLOGICAS:
Critica de la lectura.
Por. García Orozco Citlalli Berenice
Febrero- mayo 2010
Prof. Sandra Linares
Mat. El papel ético y humanístico del bibliotecólogo
UNAM, 4to semestre
Carrera: Bibliotecología y Estudios de la Información
Mat. El papel ético y humanístico del bibliotecólogo
UNAM, 4to semestre
Carrera: Bibliotecología y Estudios de la Información
Información y ética. Es complejo y a la vez interesante. Me deja sin palabra. Si reflexiono un poco más puedo decir que hasta cierto punto el autor es bastante conservador y creo que se limita a si mismo entre sus propios análisis y crea paradoja en donde se crean círculos viciosos o que van contra otras ideas que previamente marco como correctas. Es decir, en algunos argumentos no tuvo una opinión muy objetiva y ni siquiera dejo crecer una idea como si en definitiva esta fuera negativa.
Siento que el autor da una visión de la ética de la información muy rígida y unas pautas de comportamiento muy delimitadas y precisas. Algunas otras ideas dan mucho para pensar en forma positiva.
Figueroa marca varias veces en su texto ideas como: “juicio crítico”, “diálogo intercultural”, “conocimiento básicas acerca de las teorías y conceptos éticos”, “su relevancia en el trabajo cotidiano”, entre otras y hacia el final de su texto sobre todo en internet nos habla de que hay que controlar la red para que no llegue a los usuarios información de tipo comercial o te tipo “dudosamente ética”.
Figueroa marca varias veces en su texto ideas como: “juicio crítico”, “diálogo intercultural”, “conocimiento básicas acerca de las teorías y conceptos éticos”, “su relevancia en el trabajo cotidiano”, entre otras y hacia el final de su texto sobre todo en internet nos habla de que hay que controlar la red para que no llegue a los usuarios información de tipo comercial o te tipo “dudosamente ética”.
Hay que tomar en cuenta que en nuestros tiempos, la información que es considerada productiva o no productiva está jugando un papel muy importante en la construcción de la sociedad red, que como he insistido en trabajos pasados, si la biblioteca pública hubiera tomado el papel que real mente le compete entonces le hubiera ganado a dicho modelo social.
Aquí la información científica no es la única que está jugando un papel fundamental ya que es para un sector más privado de la sociedad a diferencia de la información popular o no científica que está jugando un papel gigantesco en la aldea global a nivel de ciudadanos comunes. Sin esta información no hubieran sido posibles ideas como la democracia en la información o de un internet gratuito para solventar la brecha digital.
Sin estos contenidos estaríamos limitando la libertad de acceso a la información, y los países desarrollados como Corea o Estados Unidos están aprendiendo que ese tipo de limitaciones es perjudicial para el desarrollo del país como la sociedad en sí misma.
Si apuntamos a una nueva ética en todos los sentidos sociales en esta época, debería de ser bajo parlamentos como la democracia (común acuerdo entre las mayorías y menorías y no el poder de las mayorías sobre las minorías), la infodiversidad y el Open Access.
Resultan más caprichosos que contradictorios los siguientes puntos:
1. Infodivision (brecha digital) y capitalismo informacional.
2. Propiedad Intelectual y económica de acceso.
3. Libertad de expresión y tradiciones morales
4. Acceso universal y gobierno de la red
5. Confidencialidad de la información de los usuarios.
6. Respeto a la dignidad de todo ser humano
7. Confidencialidad
8. Igualdad de oportunidades
9. Derecho a la esfera privada
10. Derecho a la libertad intelectual y de expresión
11. Derecho a participar en la vida cultura de la comunidad
12. Derecho a la protección de los intereses morales y materiales relativos a cualquier producción científica, literaria o artística.
Por ejemplo, en un razonamiento sencillo se viene abajo el “Derecho a la libertad intelectual y de expresión”. Porque si hay libertad intelectual entonces tiene que haber propiedad intelectual y por lo tanto no habría libertad de expresión. Esto es fácil de observar en el caso de los “fanfictions” que son relatos cortos o largos que descansan sobre la construcción de un imaginario que parte de personajes que ya fueron inventados de libros, videos, personas reales, programas, animación, videojuegos, entre otros. Y de ello muchos autores piden que dichos “fan fics” sean eliminados como Anne Rice mientras que a otros les agrada que sus personajes sean parte del imaginario colectivo como J. K. Rowling.
De hecho, en un fan fic que acabo de terminar de leer la autora del mismo avisaba: “Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling y no voy a ganar ni para un chicle con esto” o “Harry y Draco empezaron siendo de Rowling, pero ahora se han rendido al mundo slash”, “Harry Draco pertenecen a Rowling, pero deberían ser declarados Patrimonio de la Humanidad”, “Los personajes son de Rowling, pero me los ha dejado un ratito”, “Harry, Draco y los demás son legalmente de Rowling y moralmente nuestros”[1]. Hasta cierto punto parecen comentarios superficiales, pero si dejamos de ver esto desde el punto de los abogados y lo trasladamos al de los bibliotecarios, creo que es más un aviso de que algo no anda bien en la conjunción derechos de autor-derechos de venta, derecho de copiar-librea acceso a la información. De allí que la piratería no sea negativa sino positiva hasta el punto de crear una ética de la información distinta y más plural. El Open Acess es otro movimiento que tiene un tenor similar y que también produce para los bibliotecarios una idea diferente dentro de su comportamiento practico-teórico de su profesión.
Por ejemplo, en un razonamiento sencillo se viene abajo el “Derecho a la libertad intelectual y de expresión”. Porque si hay libertad intelectual entonces tiene que haber propiedad intelectual y por lo tanto no habría libertad de expresión. Esto es fácil de observar en el caso de los “fanfictions” que son relatos cortos o largos que descansan sobre la construcción de un imaginario que parte de personajes que ya fueron inventados de libros, videos, personas reales, programas, animación, videojuegos, entre otros. Y de ello muchos autores piden que dichos “fan fics” sean eliminados como Anne Rice mientras que a otros les agrada que sus personajes sean parte del imaginario colectivo como J. K. Rowling.
De hecho, en un fan fic que acabo de terminar de leer la autora del mismo avisaba: “Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling y no voy a ganar ni para un chicle con esto” o “Harry y Draco empezaron siendo de Rowling, pero ahora se han rendido al mundo slash”, “Harry Draco pertenecen a Rowling, pero deberían ser declarados Patrimonio de la Humanidad”, “Los personajes son de Rowling, pero me los ha dejado un ratito”, “Harry, Draco y los demás son legalmente de Rowling y moralmente nuestros”[1]. Hasta cierto punto parecen comentarios superficiales, pero si dejamos de ver esto desde el punto de los abogados y lo trasladamos al de los bibliotecarios, creo que es más un aviso de que algo no anda bien en la conjunción derechos de autor-derechos de venta, derecho de copiar-librea acceso a la información. De allí que la piratería no sea negativa sino positiva hasta el punto de crear una ética de la información distinta y más plural. El Open Acess es otro movimiento que tiene un tenor similar y que también produce para los bibliotecarios una idea diferente dentro de su comportamiento practico-teórico de su profesión.
De hecho, las necesidades que cubrían los actuales derechos de autor y de copyright son obsoletas porque servían para una sociedad de la información en donde se producía la misma a un ritmo más lento y se consumía en menor cantidad. Nuestra sociedad necesita que esto se renueve democráticamente y no a favor de la una ley legal caduca pero funcional para las empresas e in funcional para los destinatarios.
Otro ejemplo de ello es que muchos contenidos se están creando no por una sola persona, sino por varias, y normalmente cuando es en equipo se desfasa incluso el sentido del derecho moral de autor porque no se le reconoce a cada una de las personas sino a un nombre de equipo con personas incógnitas, puesto que el valor moral sobre esa obra lo tendrá ese nombre y no las personas en sí mismas. Aquí se vuelve a ver como este modelo de creación y venta se vuelve obsoleta.
Como se puede observar la ética de la información se contradice a sí misma. Se necesita de una ética menos contradictoria como principio para fortalecer los códigos de ética de la profesión.
Y como pudimos ver en el caso del “fanfiction” en esta nueva sociedad de la información se desvanece el siguiente fragmento del autor: “las personas están interesadas en un acceso a la información libre e igualitario. Al mismo tiempo se tiene que reconocer que la información es producto del esfuerzo intelectual, es decir, implica trabajo y tiene por lo tanto un valor económico que debe ser protegido. El dilema principal es, entonces, ¿Qué tipo de información y para quienes debe ser libre?”. Observamos que la libertad de la información no puede ser controlada económicamente y que hay obras originales en su contenido que no piden un producto económico sino de retroalimentación. Los autores de este tipo de ficción piden que su trabajo sea reconocido mediante comentarios y los hacen sabiendo que no ganaran nada más que la recreación y el goce de escribir o de saber hacer bien algo. De ello se desprende también la Sociedad del Conocimiento. Este tipo de ética de la información no tendría cabida en una Sociedad de ese tipo en donde el entretenimiento aparentemente más ocioso tendría un papel importante como promotor del conocimiento.
A este respecto el autor recae en una interesante controversia: “¿Cómo pueden las leyes, geográficamente limitadas, regular la dimensión polifacética y sin fronteras físicas del ciberespacio?”.
Después nos habla de Internet, contenido digital y brecha digital. Con respecto a internet el autor nos plantea que existe un riesgo en la utilización democrática de internet, el cual se tornaría como principal promotor de la información orientada hacia el consumo, dominada por grandes corporaciones y dará entretenimientos prefabricas e información convencional a los usuarios. Este miedo a los medios de comunicación masiva no es nuevo, es el mismo miedo que tenían las personas de la alta cultura con la televisión hace aproximadamente 60 años. En este punto el autor nos deja ver que internet puede ser utilizado para controlar a la masa. Sin embargo, como podemos ver, en la televisión existen dos grandes rubros: entretenimiento y educación con sus respectivos canales.
El problema no es su masificación, ni el uso que le den las grandes empresas, porque sin ella, internet no hubiera sido posible, sino el tiempo que los usuarios dedican a dicho medio de comunicación. Y con o sin televisión, radio o internet, las masas pueden ser controladas. Los libros fueron esa forma de control en el pasado, y hay un gran ejemplo de ello: la biblia. Y es que internet no es el único que tiene ese problema de información orientada hacia el consumo. Ello desciende de los libros y los recursos continuos. Incluso una Guía Amarilla contiene la dirección y los anuncios de muchos negocios, se anuncian viajes turísticos para el consumo que recaen en la economía del país, me pregunto ¿en serio son tan perjudiciales los anuncios? Y así como en las revistas, en internet también puedo decidir si verlos o no verlos, o por decidir si leerlos o no leerlos.
El problema no es su masificación, ni el uso que le den las grandes empresas, porque sin ella, internet no hubiera sido posible, sino el tiempo que los usuarios dedican a dicho medio de comunicación. Y con o sin televisión, radio o internet, las masas pueden ser controladas. Los libros fueron esa forma de control en el pasado, y hay un gran ejemplo de ello: la biblia. Y es que internet no es el único que tiene ese problema de información orientada hacia el consumo. Ello desciende de los libros y los recursos continuos. Incluso una Guía Amarilla contiene la dirección y los anuncios de muchos negocios, se anuncian viajes turísticos para el consumo que recaen en la economía del país, me pregunto ¿en serio son tan perjudiciales los anuncios? Y así como en las revistas, en internet también puedo decidir si verlos o no verlos, o por decidir si leerlos o no leerlos.
Todos los medios de comunicación han sufrido el mismo acoso al masificarse y extenderse y terminaron siendo inofensivos y mejorando nuestro estilo de vida y de comunicación. Lo importante aquí es formar usuarios que sepan utilizar la información en diversos medios y no de uno solo. Que sepan distribuir su tiempo entre un medio y otro para satisfacer sus necesidades de información [y que aprendan a reconocerlas].
También se nos habla que se puede generar una adicción patológica. Si somos objetivos podemos decir que no es el único medio, ni el único recurso de información que causa o a causado dicha adicción. La adicción no tendría que ver con el medio, ni con el recurso, sino con la información misma, sino ¿Cómo explicamos que haya adictos a los libros? ¿Por qué nuestra cultura valora la adicción a los libros?
Y por último, el autor nos maneja el problema de los “contenidos éticamente cuestionables” que atentan contra la libertad de expresión y que choca contra la el respeto a la dignidad de todo ser humano, que bien cabe corregir, atentan contra el respeto de la dignidad de todo ser vivo. De aquí, Figueroa reconoce 3 grandes áreas de intensa reflexión:
1. Contenidos moralmente problemáticos (incitar al odio, denigrar minorías y personas procedentes de otras culturas)
2. Contenidos propagandísticos extremos (que apuntan a la difusión agresiva e intolerante de ideologías radicales)
3. Contenidos violentos que desprecian la dignidad y la vida humana [o no humana] (imágenes de formantes, pornografía infantil).
Y aclara: “todos estos contenidos son considerados inmorales en la mayoría de las sociedades y quedan prohibidos”.
Aquí es preciso dar un ejemplo puesto que intento ser objetiva en este último punto aunque en realidad es incluso una problemática para mí misma ya que hay contenidos que no son de mi parecer mientras que hay otros que están aquí incluidos y que si lo son. Es decir, estoy en contra de que utilicen a otras especies como experimentos o como carnada, así como la cacería, las corridas de toros o que lo hagan un acto violento contra otra especie que no les hace daño o que no se puede defender. Sin embargo, si vamos a niveles de pornografía de cualquier índole, puesto que no estoy de acuerdo con todos los tipos de pornografía, hay que ser muy cuidadoso a la hora de emitir un juicio. Un juicio opacado por el abundante heterosexismo que existe en la sociedad. Puedo decir, en mi reflexión, que no veo bien el abuso y agresión a los seres vivos en general, pero por el contrario, no veo problemas sobre las expresiones o conductas de la sexualidad y las preferencias sexuales, que no son lo mismo, puesto que la humanidad apenas está empezando a conocer objetivamente el abanico de su propia sexualidad. Para mi representa una contradicción y no entiendo como el autor pudo dejarlo de forma tan cerrada[2]. La pornografía infantil es un delito en el sentido en que nuestra sociedad la entiende como una agresión hacia un ser vivo y no tanto porque la sexualidad del niño sea expresada. Esto último es un análisis que todavía estoy trabajando para fundamentar mi propia critica en un tema que no comprendía muy bien hasta hace poco.
Otros casos discutibles son por ejemplo ¿Por qué se permiten ver videos de historia donde se muestra violencia? ¿Por qué nuestra sociedad ve bien un tipo de violencia defensiva y no una ofensiva? Son puntos críticos tanto en nuestros razonamientos como en la ética. Podemos crear pautas y estándares pero no podemos crear reglas porque no serían objetivas ya que se estaría viendo desde un solo punto de vista o desde un espacio-tiempo determinado. Es curioso imaginar que si esta tecnología hubiera existido en la época del antiguo Egipto, los comerciales sobre esclavitud hubieran sido permitidos y no se hubieran visto como un agravio hacia otro ser, o por lo menos, entre la clase alta. Y es que es difícil ver hacia atrás porque queremos pensar esa época con los valores actuales. En nuestro caso, el punto de vista es totalmente diferente. En definitiva, esta interacción entre ética y sociedad es más difícil de lo que presuponemos.
Para que una ética de la información pueda ser funcional, tiene que ser todavía más objetiva y menos rígida para que pueda ir cambiando con la sociedad en la cual está inserta. La pauta más sencilla es que debería ser de acuerdo a la ética de la sociedad, sin embargo, esta no es fija y es plural y no se puede uniformar. Esto último es un gran reto para la ética de la información que vale la pena seguir con más criterio que aceptación.
Otros casos discutibles son por ejemplo ¿Por qué se permiten ver videos de historia donde se muestra violencia? ¿Por qué nuestra sociedad ve bien un tipo de violencia defensiva y no una ofensiva? Son puntos críticos tanto en nuestros razonamientos como en la ética. Podemos crear pautas y estándares pero no podemos crear reglas porque no serían objetivas ya que se estaría viendo desde un solo punto de vista o desde un espacio-tiempo determinado. Es curioso imaginar que si esta tecnología hubiera existido en la época del antiguo Egipto, los comerciales sobre esclavitud hubieran sido permitidos y no se hubieran visto como un agravio hacia otro ser, o por lo menos, entre la clase alta. Y es que es difícil ver hacia atrás porque queremos pensar esa época con los valores actuales. En nuestro caso, el punto de vista es totalmente diferente. En definitiva, esta interacción entre ética y sociedad es más difícil de lo que presuponemos.
Para que una ética de la información pueda ser funcional, tiene que ser todavía más objetiva y menos rígida para que pueda ir cambiando con la sociedad en la cual está inserta. La pauta más sencilla es que debería ser de acuerdo a la ética de la sociedad, sin embargo, esta no es fija y es plural y no se puede uniformar. Esto último es un gran reto para la ética de la información que vale la pena seguir con más criterio que aceptación.
Obra Consultada:
Figueroa Alcántara, Hugo Alberto. Ética de la información: perspectivas bibliotecológicas. p. 11-35. En: Mesa Redonda ética e información (2003: México, D. F.) Mesa redonda ética e información: memoria, 24 y 25 de septiembre del 2003 / coordinadores Estela Morales Campos, Jaime Ríos Ortega. México: UNAM, CUIB (seminarios de investigación. Seminario de bibliotecología, información y sociedad; 2)
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[1] Helena Dax. Harry Potter y el secreto del monasterio. http://slasheaven.com/viewstory.php?sid=24835&warning=5. Slasheaven. Consultado el 20 de marzo del 2010.
[2] Para un acercamiento a este tema recomiendo “La crisis de la heterosexualidad” de Oscar Guasch, libro que estoy leyendo.
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