La Duda

La Duda

Este es el cuento de una ciudad llena de fauna humana. Una ciudad en donde nada puede pasar y he ahí mi duda ¿Qué puede pasar?

Los días eran tranquilos, el viento jugaba con las nubes de lluvia. La vida no cambiaba, era una constante monotonía. Surgían dudas sin provecho en aquella ciudad.

Esa ciudad llena de tonos grises y trazos sin figura, era el hogar de la seguridad.

Todos iban y regresaban, su tiempo no era suyo, su tiempo no dejaba lugar a dudas, sus vidas pertenecían al reloj que nunca paraba, sin embargo, algunas siluetas cambiaban su programado camino y se detenían a observar el negro fondo de los cielos, como la persona que encontré aquel día…

En medio del tráfico de gente, encontré una figura que la atención me llamo, contemplaba el cielo como si nunca lo hubiera visto, miré hacia donde su vista parecía estar.

Ahí, en ese lugar, me sorprendí al no encontrar nada atractivo que mirar, todo era calma y paz.

¿Qué miraría aquella persona? Aquella primera duda sería el inicio de otras muchas. Tomé valor para afrontar la mirada de la persona desconocida.

Me abrí paso ante la barrera humana de la muchedumbre que siempre seguía hacia adelante.

Cuando llegué, mire a esa persona. Le salude cordialmente y bajó la mirada para obsérvame. Tomé aire y por fin le pregunte -¿Qué mira de forma tan insistente?

Aquella persona se limitó a responder

– Mi duda

Al no comprender volví a insistir

– Pero las estrellas no resolverán su duda… ¿De qué duda usted?

- De mi

Contestó

Aun hoy, después de ese encuentro ya lejano persisten en mi memoria aquellas palabras que son el eco del primer encuentro de la contra corriente.

Fue el inicio de mis inquietudes en lugar donde nunca pasa nada que no esté programado.

Ahora observo desde la ventana de mi casa a la corriente humana llena de grises que siempre pasa y pasa en una sola dirección sin reprocharse nada.

En aquella ocasión me di cuenta de que soló comprendí un fragmento de la inmensidad de la pregunta que realicé.

La duda nunca se ha de conquistar, pero si se ha de mostrar en la incertidumbre de una respuesta porque sin dudas nada pasaría como en aquella vieja ciudad.

15 de octubre del 2009
García Orozco Citlalli Berenice
(IPCA)

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